Sesión familiar en el parque de Oromana

En realidad esta fue la segunda parte de la sesión de cumpleaños. Esta vez sin tanto niño, solo para el peque y sus dos primos. Si os cuento que las edades son 2, 3 y 4 años, no creo que haga falta que describa lo caótica que terminó siendo la sesión. Pero si os digo que además, al ser amiga mía, la mami insistió en que fuera mi hijo, también de dos y con muchas ganas de que yo le hiciera caso... si, de los errores se aprende, definitivamente.

Sin embargo no me puedo quejar. La sesión terminó siendo muy dulce aunque tuve que correr más de lo acostumbrado, revolcarme en el suelo más de lo que suelo hacer y hacer más monerías de las que me creía capaz enfrente de un adulto (que además me conoce).
La luz otoñal, el pinar de fondo, los rincones tan chulos que tiene el parque, los tres peques tan guapos que tenía enfrente... todo se confabuló para darme esta sesión.
El gato, los papis, los primos, los titos, el amigo, la merienda, la promesa de ir al parque. Demasiadas emociones para un rato tan cortito, ¡y aún así los peques se portaron genial!
Incluso hubo tiempo, justo antes de perder los últimos vestigios de luminosidad, de hacer una postal navideña :D

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