No había ya nada que hacer para evitarlo, se ve que había dormido suficiente y se preguntaba dónde estaba, porque esa habitación tan luminosa no le sonaba de nada, esa mantita con la que la estaban tapando era muy suavecita, pero no olía a lo que huelen las suyas... demasiados estímulos llegaron de pronto y terminó de despertar del todo.
Un ratito de tomar leche de mami para relajarse y brazos calientitos, porque nunca es lo mismo los brazos de mami que todas las calefacciones y calentadores de aire del mundo.
Bien, barriguita llena, estómago lleno-vacío (en el suelo, piernas de mami y colcha de los titos), corazón contento... y ojitos muy, muy abiertos. Tras varios intentos, decidimos que sus ojos son hermosos y no había por qué insistir en cerrarlos.
No puedo publicar las fotos de la sesión, porque los papis prefieren mantenerlas privadas, así que solo podemos ver sus pies y manos.
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